Quedó una plantilla excesivamente joven, inexperta, con jugadores poco habituales que pasaban a ser titulares indiscutibles para ocupar los puestos de los futbolistas que habían salido. Las quejas no fueron solo sociales y de exempleados sino hasta del propio técnico Javi Gracia antes de la disputa de la primera jornada, en la que declaró estar triste, decepcionado, poco esperanzado con la llegada de refuerzos y observando cómo la plantilla se iba debilitando con cada salida.