El Deportivo Bilbao ya no estaba en el campeonato y aparecían nuevos clubes; Ariñ Sport de Bilbao, Jolastokieta de San Sebastián y Club Portugalete. Los dos equipos iruneses se habían fusionado para entonces en un nuevo club más potente; el Real Unión, que heredó la rivalidad que mantenía la Real con Racing. Aunque el partido debería haberse repetido por el reglamento vigente y quedaba por disputarse la vuelta en Irún, la Real se negó a competir más con el Racing Club, hasta que este no se disculpara formalmente por su actitud; al negarse los iruneses a hacerlo elevó una protesta formal a la Federación Norte contra sus rivales.